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18-06-2021

2021 - NOTICIAS ECONÓMICAS N° 31

La fórmula para crecer con alta inflación e impuestos

Las empresas están obligadas a crecer, de lo contrario la estructura impositiva actual las descapitaliza sistemáticamente. Y la Pregunta que nos hacemos es ¿Por qué?, la respuesta es que para convivir con una inflación del 50% anual es necesario cambiar la forma de hacer negocios.

Si hacemos un poco de historia nuestro país desde el año 2011 al 2017 tuvo que convivir con una inflación del 25% anual. Ni el gobierno que tuvo el poder hasta el año 2015, ni tampoco el que lo tuvo entre los años 2016 y 2017, llevaron adelante el ajuste económico necesario para cortar con el déficit fiscal.

Aquel gobierno vigente hasta el 2015 se financiaba con emisión monetaria y los dólares del BCRA más los fondos provistos por el Anses, mientras que el gobierno que detentó el poder entre 2016-2019 se endeudó con el mercado internacional en dólares. 

En el año 2018, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, dejó sin crédito al mundo emergente, uno de los perjudicados fue Argentina, sin crédito internacional recurrió al FMI, tuvo un año de sequía en el campo y en inversiones, el resultado fue una inflación que se ubicó en un promedio del 50% anual para los años 2018 y 2019.

En el año 2020 el mix de un nuevo gobierno, pandemia y déficit fiscal generó un combo que dejó como resultado una caída del 10% del PBI, una inflación del 36,1% anual y una devaluación del 40,5% anual.

Para el año 2021 la expectativa es una inflación en torno del 50% anual, y una devaluación que podría ubicarse un escalón por debajo de dicha marca.

El resultado será que las empresas tendrán una mayor presión tributaria, ya que sus balances se ajustan en un 1/6 parte por inflación, lo que provoca que el pago por Impuesto a las Ganancias real exceda el 35% que prevé la ley (30%), ya que los costos de las compañías están a costo histórico y sus ventas a valor presente.

Además, para los balances que comiencen a partir del 1/1/2021 la tasa nominal de Impuesto a las Ganancias se eleva al 35% tal como les indicamos en nuestro boletín del 3-6-2021.

En este escenario, las empresas que crezcan y realicen inversiones apalancadas con crédito pueden reducir parcialmente el pago de impuesto a las ganancias, ya que su estado de resultados se veráincididos por los gastos y el pago de intereses que en un contexto inflacionario del 50% puede ser beneficio, tal como lo explicaremos a continuación, en tanto que las empresas que no apuesten a crecer o se achiquen pagarán más tributos al Estado, generándoles menores ganancias finales.

En el pasado, cuando la inflación era exageradamente elevada, los comerciantes aumentaban sus stocks para cubrirse de eventuales subas de precios. En la actualidad, tener altos stocks es un error, ya que es mercadería que estará valuada impositivamente a su valor de compra y cuando se venda se hará a valor presente, quedando expuesta dicha diferencia al impacto del Impuesto a las Ganancias ya que el ajuste por inflación impositivo solamente puede ser computado en 1/6 para cada ejercicio más el 1/6 sin ajuste que viene del ejercicio anterior.

En consecuencia, el impacto de la carga tributaria incide sustancialmente en las ganancias presupuestadas, situación quepuede implicar un precio de venta menor al precio de reposición. Casi un chiste de mal gusto, pensar que acopiar puede implicar un riesgo que implique perder dinero.

Convivir con una inflación del 50% y balances impositivos que ajustan por inflación parcialmente es una invitación a repensar la fórmula de cada negocio.

Hay que apostar al crecimiento de las empresas para no caer en la trampa de una presión tributaria que te lleve a la tumba. No crecer o achicarte implica tasas de tributación que son expropiatorias y no te dejan margen para continuar con el negocio.

La pandemia, sumado a 3 años de caída de actividad económica, generan desasosiego en los empresarios. El PBI cayó el 14% desde el año 2017 a diciembre de 2020, el índice de producción industrial creció el 4% en los últimos dos años, la base monetaria aumentó el 164% desde diciembre de 2017 a la fecha, y los pasivos monetarios el 204% en igual período. Las reservas de Argentina pasaron de U$S 55.055 millones a los U$S 42.720 millones actuales, lo que refleja una caída del 22,4%.

Otro dato importante es la tasa de devaluación de los últimos años. Desde diciembre de 2017 a la fecha, el peso se devaluó el 407% medido con el tipo de cambio oficial, mientras que, medido en términos del tipo de cambio alternativo, la devaluación es del 725%. Esto implica que nuestra moneda cada vez vale menos, es más caro viajar al exterior y tenemos precios muy competitivos para los que nos quieran visitar, lástima que el mundo esté cerrado.

Conclusión

La economía argentina está en una inflación promedio del 50% anual, nada hace presumir que el gobierno pueda detener este fenómeno de alta inflación y devaluación.

Se debería repensar la forma de pagar tributos, permitiendo a las empresas ajustar sus balances por inflación. Si ello no ocurre, es necesario prestar especial atención en los altos stocks financiados con recursos propios en la medida en que el costo tributario no pueda trasladarse a los precios.

La imposibilidad de ajustar los balances impositivos por inflación y considerar el 100% de los efectos que provoca la misma al momento de tributar el Impuesto a las Ganancias puede implicar un perjuicio porque el impuesto se estaría tributando sobre una renta que no contempla el valor de reposición de los bienes y se registra en los libros niveles de ganancias ficticios.

Con los actuales niveles de inflación resulta más conveniente financiarse con dinero de terceros en la medida que el costo de financiación menos el efecto del menor impuesto que se tributaria por la deducción de intereses signifique tasas de créditos negativas frente a la evolución inflacionaria.

Por ello en ciertos casos repartir dividendos a sus accionistas, trabajar con crédito bancario a tasas negativas contra la inflación resulta más conveniente que financiarse con recursos propios.

Un crédito al 50% anual es económico, porque lo abonado en concepto de intereses pasa a reducir la base imponible de pago de impuesto a las ganancias, llevaría la tasa de interés real a aproximadamente el 32,5% anual que se ubica por debajo de la tasa de inflación esperada.

La liquidez en manos de los accionistas puede ser invertida en moneda extranjera, que, una vez adquirida en cabeza de persona humana, no genera base imponible para pagar el impuesto a las ganancias.

Planificación fiscal, escudo fiscal e inversión son las herramientas para mantener viva la sociedad en tiempos de alta inflación. Los negocios hay que mirarlos desde el punto de vista productivo, financiero, impositivo y comercial. Para ello hay que trabajar en equipo con una mirada sistémica, con contadores, administradores, ingenieros, consultores y todos los responsables de área, para tener una tarea coordinada, estratégica e innovadora.